Lo importante es como terminó

Talleres perdió 2 – 1 con Villa Dálmine en Campana, y el Violeta se consagró campeón de la Primera C y ascendió directamente a la Primera B Metropolitana. Con goles de Dudy Pérez y Sanchez, el local se impuso desde el arranque y dominó todo el partido, aunque terminó apretado por el Albirrojo tras el descuento. Talleres se quedó afuera del reducido y deberá pensar en lo que viene.

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Foto villadalmine.wordpress.com. Bordón y Rodríguez marcan en pleno ataque Violeta.


Estrictamente en cuanto al partido, desde el pitazo inicial quedó en claro que Villa Dálmine, tenía comprendido que debía ganar el partido, para consagrarse campeón. Y sabía como vulnerar los puntos débiles de Talleres. Y aunque en el arranque, los nervios y la estrategia de estudio de los hombres del Violeta, no le daban ritmo y continuidad de juego al partido, estaba expuesto en la cancha, que el duelo se jugaba en la sintonía del conjunto que dirige Walter Otta.

Una posición adelantada de Jonathan Lezcano, tras un centro de Juan Brunetti, sobre los 11’ del primer tiempo, fue la primara aproximación de Talleres, sobre el arco defendido por Agustín Gómez. Esa iba a ser la más nítida que generara el equipo Albirrojo, durante los primeros 20 minutos de partido.

Dálmine manejaba la pelota, aunque no podía darle profundidad a su ataque. Y el elenco de Bochini, que había planteado el partido con la idea de ganar la pelota en la mitad del campo, y cortar el circuito de juego que se gestaba a partir del trabajo de Raúl Pérez, que no lograba poder llevar a cabo su objetivo de recuperación en ese sector, aunque respondía con firmeza en el fondo, para dar resistencia a la envestida.

Y en un ataque perfectamente manejado por Renzo Pérez, llegó el centro magnífico, con el que Dudy Pérez abrió la cuenta. Seguramente, no era el deseo del histórico ex jugador de Talleres, marcarle un gol –sus lágrimas lo atestiguaban después del tanto-, pero las circunstancias y la evidente falla en la marca de los defensores, lo llevaron al más bajo de estatura dentro del elenco local, a marcar el 1 – 0 con un cabezazo certero. Uno a cero parcial, en 24’ y se desataba la locura.

Talleres tuvo el empate sobre la media hora de juego, con un mano a mano que protagonizó Juan Brunetti, que definió débilmente ante la salida del arquero Gómez, quien se quedó con una ataque clave que despilfarró el atacante.

Y Dálmine, para su propia tranquilidad, no se resignó con la ventaja mínima, y estiro la cuenta. Con otro centro de Renso Pérez, que esta vez eligió tirarlo atrás y al ras del piso, se armó perfectamente la jugada que definió Gastón Sánchez, para cantar el dos a cero y agigantar la diferencia.

El segundo tiempo, mostró mayor protagonismo del Albirrojo, que luego del descanso, tuvo una actitud más agresiva, pero carente de de ideas y variantes, para agredir a un rival que ya se sentía campeón. No obstante, a los 30 segundos de juego, Damián Salvatierra pudo haberle bajado la persiana al partido, y en un mano a mano, regaló la chance de anotar el tercer gol.

Astutos, con el correr de los minutos, los dirigidos por Walter Otta, se replegaron unos metros más atrás en el campo, y especularon con la lentitud en cada movimiento, para dejar correr el reloj y forzar el desenlace esperado. Talleres ahora tenía más la pelota, pero no lograba ser profundo.

Y el equipo de Bochini, recién pudo apretar a su rival después de la media hora del complemento, con un cabezazo de Brunetti, que terminó impactando en el travesaño, tras haber aprovechado un centro enviado por Lautaro Pérez. Ese iba a ser el preaviso, del gol que pondría la cuota de suspenso “no apta para cardíacos”, sobre el final del partido.

A los 37’, Roberto Hernández capitalizó un centro-lateral, que desde la derecha envío Maxi Rodríguez, para convertir el gol del descuento con un frentazo. El duelo estaba 2 – 1, y todo Campana temblaba.

Pero aún faltaba el suspenso mayor, que llegaría recién para el final. Ya en tiempo cumplido, Leonel Tuinyla, con una jugada en la que quedó mano a mano frente al arquero Gómez, tuvo el gol del empate, y no lo pudo convertir. El remate salió al lado del palo, y así el Campanero comenzaba a quedarse con el ascenso.

A sabiendas del riesgo que generaban los dos minutos que restaban jugarse, sobre los cuatro que había agregado Pablo Giménez, los auxiliares de Dálmine invadieron el campo, y el árbitro acordó con los protagonistas terminar el partido. El pitazo final anunció el ascenso de Villa Dálmine, y el fracaso de Talleres, que se quedó afuera de todo prematuramente.


SINTESIS :

VILLA DALMINE 1

Agustín Gómez; Ezequiel Fernández, Eduardo Dávila, Damián Acosta, Federico Gásperi; Gastón Sánchez, Horacio Falcón (73’ Yair Rodríguez) y Renso Pérez; Raúl Pérez (91’ Mariano Gorosito); Damián Salvatierra y Sergio Diduch (60’ Bernardo Ceballos).

DT: Walter Otta.

Suplentes: Emanuel Coesta, Fabián Unzurrunzaga, Leonardo Ruiz y José Caspery.

TALLERES 1

Marcos Fernández; Marcelino Prol, Diego Bordón y Ángel López (85’ Leonel Tuinyla); Maximiliano Rodríguez, Juan Ferreira, Lucas Fernández (32’ Luis Stansiola) y Javier Pérez; Jonathan Lezcano (68’ Lautaro Pérez) ; Roberto Hernández y Juan Brunetti.

D.T: Hernán Bochini.

Suplentes: Diego Córdoba, Sebastián Cepeda, Fernando Godoy y Román Gnocchi.

Goles: 24’ Raúl Pérez y 38’ Gastón Sánchez (VD); 82’ Roberto Hernández (T).

Amonestados: Renso Pérez, Bernardo Ceballos y Yair Rodríguez (VD); Marcelino Prol, Juan Ferreira y Diego Bordón (T).

Árbitro: Pablo Giménez (Bien).

Asistentes: Mariano Romo y Emiliano González.

Estadio: Villa Dálmine (Buena).

Público: 8.000 personas aproximadamente.

Recaudación: No fue suministrada.