Los hinchas de Talleres se juntaron el Viernes por la noche, en la puerta del Club, para celebrar el 106 Aniversario. Con mucho colorido, más de 500 almas cantaron y arengaron al Tallarín en el día de su cumpleaños.

Gentileza Mono Gómez. La fiesta montada en la esquina de Timote y Castro.

Un grupo de socios, simpatizantes e hinchas de Talleres se autoconvocaron en la puerta del Club, el Viernes del 1 de Junio, para celebrar los primeros 106 años de vida, de esa institución que tanto aman. A partir de una convocatoria iniciada por el grupo de hinchas que se denomina como “Movimiento Albirrojo”, en la esquina histórica de Timote y Manuel Castro, más de 500 almas tiñeron de Rojo y Blanco las adyacencias del estadio y la sede social, y con camisetas, banderas, ropa deportiva alusiva, y mucho humo artificial, que se mezclaba en el aire con el sonido que emitían los bombos y redoblantes, montaron una verdadera fiesta popular, que sirvió para homenajear a la entidad madre de Remedios de Escalada. Esa misma ciudad, que la late, vibra y sufre, al compás de su Club desde el 1 de Junio de 1906.

“Somos distintos, no hay con que darle” decía un joven hinchas por ahí, mientras cantaba las canciones que proponía la masa. “Esto es Talleres, los vecinos nunca tienen esta fiesta y no lo pueden entender” decía otro simpatizante a Frecuencia Albirroja, mientras arengaba con las manos a sus compañeros de hinchada. Y entre estos testimonios, los gritos y cánticos seguían creciendo en fuerza e intensidad. Si hasta aquellos más grandes, que trataron de mantener la compostura ante tanto salto y ruidos de redoblantes, no fueron ajenos a la fiesta, y acompañaron con las palmas, tamaño festejo genuino, engendrado en la pasión misma por Talleres.

Contará entonces la historia, que como ocurrió tantas veces, y principalmente aquel 6 de Noviembre de 1999, que sin dudas se transformó en un ícono social de la vida y resistencia Albirroja, los hinchas de Talleres volvieron a reunirse en su propia casa, para respaldar a este gigante que sigue enamorando a su gente, en las buenas, y en las malas mucho más.

El humo Rojo se adueña del ambiente, mientras suena el ritmo de los temas que canta el pueblo Tallarín.