Talleres confirmó su presente promisorio con una buena actuación y un contundente 3-0 ante San Miguel. Gnocchi, Rodríguez y Doracio, los goleadores.
La figura. Ferreira actor fundamental en los tres goles de Talleres.
En la tarde del Domingo, Talleres obtuvo ante el Trueno Verde, el triunfo más importante de los cuatro que consiguió en el campeonato. Primero, porque el rival acarreaba tres victorias consecutivas y cinco encuentros sin perder, ni recibir goles. Segundo, porque el Albirrojo reafirmó su levantada, y empiezó a acercarse a lo que se esperaba en el inicio de la temporada. Y tercero, porque Osvaldo Ruggero apostó por dos sistemas tácticos distintos –uno en cada tiempo-, y ambos generaron similares resultado: solidez defensiva y contundencia en el ataque.
Con Stansiola lesionado, el entrenador apostó al inicio por un 3-5-2 y el esquema que tantos dolores de cabeza – y de ojos-, le provocaron al hincha Albirrojo en las primeras fechas, mostró otra firmeza con Prol como stopper ,y Ferreira y Maxi Rodríguez por los carriles derecho e izquierdo, respectivamente.
Defensivamente, salvo algunos centros cruzados que mostraron una floja respuesta de Marcos Fernández, Talleres no pasó sobresaltos. En ataque, el Albirrojo no tuvo profundidad desde la generación de juego, pero sí el oportunismo para destrabar el marcador en la primera jugada clara de peligro. Un lateral al corazón de área de Ferreira, terminó en un remate de Gnocchi para cortarle a Gómez una racha de 502 minutos con el arco invicto.
A pesar del resultado positivo, Ruggero decidió salir a jugar el complemento con dibujo similar al de los últimos partidos que obligó a correr a Prol como central, a Banegas de tres, al “Chinito” como volante derecho, y a Lezcano como mediapunta izquierda. Los movimientos internos no sentaron bien al equipo que debió aguantar la embestida de San Miguel. Un cabezazo en el travesaño, y otro salvado involuntariamente en la línea por el cuerpo de Bordón, fueron suficientes muestras de la vehemencia con la que emprendía cada ataque el local.
Salió “Coco” e ingresó Berales, y se armaron dos líneas de 4 bien rígidas para soportar y tratar de aprovechar la desesperación del San Miguel. Lentamente, el merecimiento del Trueno Verde empezó a menguar y el Tallarín empezó a estar más cerca del segundo tanto, que llegó nuevamente tras un lateral profundo de Ferreira, que contó con una buena participación de Brunetti, quien aguantó la pelota y descargó para que Maxi Rodríguez anotara su gol.
Con el 2-0, se desplomó San Miguel y se agigantó el dominio de Talleres, que justificó ampliamente la victoria. Para el cierre, otra aparición de Ferreira -la figura- que desbordó y dejó a Doracio para que, de frente al arco definiera de puntín.