Con uno más, dos puntos menos

Empató en uno con Laferrere, que jugó todo el segundo tiempo con diez hombres, y dejó una mejor imagen. El Albirrojo tuvo su momento para liquidar el juego en el primer tiempo, pero no lo supo aprovechar, y careció de ideas para edificar una victoria como local.

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Foto gentileza lafepasion.com.ar. Bandera de apoyo a Marcos Doracio.


El partido fue intenso en el primer tiempo, de ida y vuelta, y aunque Talleres insinuaba sobre el arco defendido por Joaquin González, de destacada tarea, no conseguió tener claridad para abrir la cuenta.

Cuando Laferrere lograba dominar la pelota en la mitad de cancha, y conseguía armar rápido el ataque, Talleres mostraba inconvenientes en el fondo para poder cubrir los frentes de ataque que abría Lafe. Los dirigidos por Stagliano, desnudaban algunas falencias que ostentaban los defensores de Talleres, aunque tampoco tenían claridad en los últimos metros del campo, para lastimar a Talleres.

Sobre media hora de juego, cuando el partido era bastante desprolijo y se repetían las imprecisiones en ambos bandos, apareció un manotazo de Raúl Nieva sobre Maximiliano Rodríguez, en una jugada sin pelota a los 36 minutos, que cambió el curso de las cosas. Cristián Benítez lo expulsó e inmediatamente, varió el partido. Talleres tomó nota del desconcierto en el rival, lo aprovechó y lo plasmó en la red.

En una jugada preparada, Román Gnocchi ejecutó el tiro libre rastrero, que Juan Brunetti convirtió en gol, tras haber ido a buscar el balón a la puerta del área. Ganaba 1 a 0 Talleres, e iba por más.

Es cierto que pudo haberlo goleado, antes del cierre del primer capítulo. Pero no lo definió. Brunetti pudo haber convertido un doblete; y Jonathan Lezcano tuvo una contra magnífica que regaló por jugar una maniobra individual, en la que asomaban el "goleador" y Maxi Rodríguez, para bajarle la cortina al partido. Pero ese vendaval de fútbol, no pudo transformarse en goles, y terminó siendo sólo un acto de sies minutos, que no tuvo una reiteración en el segundo tiempo.

En el complemento, se esperaba ver al mismo Talleres que había arrollado con un hombre más al Dep. UAI-Urquiza, en el cierre de 2011. Pero sucedió todo lo contrario. Desde los primeros segundos, la visita se impuso en el juego, y con una actitud ofensiva agresiva, los Verdes fueron en búsqueda del empate. Y no tardaron en alcanzarlo.

En su mejor momento del partido, y luego de haber tenido tres situaciones muy nítidas de gol, Lafe empardó el marcador. Tras un corner ejecutado por Marcelo Marzoratti, y una floja respuesta defensiva del Tallarín, Fernando Castro aprovechó para empujar la pelota al fondo de la red, y decretar la igualdad.

De allí en adelante, a pesar de un par de llegadas aisladas que tuvo el local, con un remate de Brunetti que se perdió por encima del arco, y con otra acción donde el árbitro con su espalda involuntariamente, jugó como asistidor, los conducidos por Ruggero no tuvieron ideas para poder generar juego en la mitad del campo. Ni siquiera la acumulación en cancha de mediocampistas ofensivos, como Román Gnocchi, Fernando Pérez y Matías Italiani, pudo darle al Albirrojo esa claridad que necesita, para destrabar partidos como este.

Talleres se encerró en su propia impericia para manejar la pelota y generar variantes. Laferrere jugó mejor. Propuso un esquema compacto, que se transformó en un tejido sólido para recuperar y contener la pelota, y en más de una maniobra, quedó en claro que pudo haberlo ganado, ya que hizo el esfuerzo hasta el final. El ingreso de Mario Sosa y Leandro Marecos, fueron claves para sostener el ritmo de un equipo que supo ser protagonista, incluso con un hombre menos.

El aplauso aislado simplemente de algunos simpatizantes, y la desazón generalizada que reinaba en el resto del público, fueron una prueba testigo de la conclusión del partido: Talleres perdió dos puntos importantes; pero pudo haberse quedado con menos, porque no jugó bien ante un rival directo, que además dio ventajas al jugar con diez todo el segundo tiempo.